martes, 2 de marzo de 2010

Como hemos visto en clase, la Dislexia o Trastorno específico de la lecto-escritura es uno de los problemas de aprendizaje más frecuente y más conocido.

Podríamos definir la Dislexia como una dificultad significativa y persistente en la adquisición del lenguaje, y por tanto, con repercusiones en la escritura.
Aparece de forma inesperada, a una edad temprana, cuando el niño se inicia en la lecto-escritura, independientemente de cualquier causa intelectual, cultural o emocional.

La Dislexia no es una falta de interés, motivación o una discapacidad sensorial. Es un problema de índole cognitivo, que afecta particularmente el paso de la codificación visual a la verbal, la memoria a corto plazo, la percepción del orden y la secuenciación. Se manifiesta como una dificultad de automatización especialmente en la lectura, la ortografía y en ocasiones también el cálculo aritmético. No existe lesión cerebral.

No hay duda que la Dislexia es una dificultad, pero los padres deben tener claro que sólo se trata de una disfunción de aquellas áreas cerebrales implicadas en el proceso fonológico. El papel más importante para los padres de niños disléxicos es el apoyo emocional y social. El niño debe de saber que los padres comprenden la naturaleza de sus problemas. Esto requiere que con frecuencia tengan que dar al niño alguna explicación acerca de sus dificultades disléxicas. El mensaje importante que hay que comunicar es que todos los implicados saben que el niño no es tonto, vago ni inútil y que lo mas seguro es que se haya tenido que esforzar mucho más en su trabajo para alcanzar su nivel actual de lectura y escritura.

También es importante comunicarle que le seguirán queriendo, aunque no vaya del todo bien en el colegio. Hay que evitar que la ansiedad aumente sus problemas ya que le generarán dificultades emocionales añadidas.
Para detectar este problema es necesario que previamente descartar algunos problemas:

- Defectos en la visión.
- Defectos en la audición.
- Un C.I. (coeficiente intelectual) por debajo de lo normal.
- La existencia de alguna perturbación emocional primaria.
- Que el problema se deba a una falta de instrucción.
- Que exista algún problema de salud grave que obstaculice el aprendizaje.
- Que no exista alguna lesión cerebral diagnosticable que pueda afectar al área del lenguaje.
- Que pueda darse el diagnóstico de algún retraso grave del desarrollo.

La Dislexia es fácil de reconocer o por lo menos sospechar si las personas que rodean al niño conocen las características. Una identificación temprana de la situación y un tratamiento adecuado y continuo puede ayudar al estudiante a superar esta barrera y a llevar una vida relativamente normal.

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